En este sentido se podría decir que los esfuerzos de Venezuela para industrializar han fracasado, muy a pesar de que fue política oficial del gobierno hasta bien entrada la década de 1980. Venezuela se mantuvo casi dependiente de la tecnología importada desde el mundo desarrollado, pagados con las exportaciones de petróleo y la estructura colonial tradicional de la economía había cambiado muy poco, Venezuela sigue exportando materias primas, principalmente petróleo, a cambio de bienes manufacturados importados de los países desarrollados. Para entender estos errores del pasado de Venezuela para desarrollar la industria es entender los fracasos de la democracia liberal. Como es el caso en la mayoría de las democracias liberales, la democracia de la IV República (1958-1998) se construyó sobre un pacto político entre los partidos rivales. Dos partidos políticos, integrados por diferentes sectores conflictivos de la sociedad, con la exclusión de los partidos de izquierda, acordaron compartir el poder entre ellos mismos y para alternar la presidencia entre ellos. Sabiendo que en un gobierno basado en alianzas de sectores e intereses en conflicto de clase, es casi imposible construir un programa político coherente que pueda satisfacer las demandas de los intereses en conflicto. La industrialización fue reconocida como un importante objetivo de desarrollo, pero que requiere cambios significativos en la estructura de la economía. Una nueva industria tendría que ser promovido por la nación para convertirse en independiente de los bienes importados, creando un claro conflicto con el sector tradicional de importación. El sistema político, basado en un acuerdo para evitar el conflicto y defender los intereses de los sectores en conflicto, incluidos los grupos más poderosos, les resultaría muy difícil o casi imposible, para hacer los cambios necesarios.
Cuando el autor Juan Fernández, analiza lo que sucede cuando las empresas poseen una cierta libertar al fijar el precio (poder de mercado), una situación bastante corriente en las economías industrializadas, es muy común afirmar que el precio de un bien cualquiera se determina por la oferta y la demanda de los consumidores y que surge el denominado coste de oportunidad indicado por lo que podrían haber obtenido en la mejor alternativa, que también existen rasgos restrictivos que conforman la esencia del mercado competitivo, y que un mercado donde hay multitud de compradores y vendedores, no existen las deficiencias de información, los productos son homogéneos y hay libre movilidad de recursos tanto dentro de la industria como entre ellas. Menciona que los mercados competitivos están excluidos del ámbito de la organización industrial, que se auto limita a analizar aquellos mercados en los cuales las empresas tienen poder del mercado al ser reducido el número de participantes y donde los precios difieren de los costes medios de producción. El análisis tradicional de los mercados responde al paradigma de la organización industrial (ESTRUCTURA, CONDUCTA, RESULTADOS), los mercados poseen algunos problemas como: los costes medios de producción decreciente y nula, costes variables, costes fijos, costes hundidos, inversiones específicas, y los diferentes casos de fallos en el mercado. La nueva economía está basada en la información y comunicación a una escala sin precedentes, facilitada por el desarrollo de nuevas tecnologías.
Sin duda alguna el poder de los mercados, desarrolla en forma brillante toda su sabiduría y experiencia adquirida durante varios años de análisis técnico de los mercados. En forma didáctica nos enseña los ciclos y las herramientas para medir el comportamiento de los precios de los activos según las distintas teorías que nos muestra cómo dicho comportamiento está influenciado por el humor de los seres humanos que con sus decisiones diarias marcan el rumbo de los mercados. Decisiones que reflejan la psicología humana y su percepción de la realidad y del futuro de la economía y la política. Se podría decir que el poder de los mercados es lectura obligatoria para todos aquellos que intentan entender cómo funcionan los mercados. En economía sabemos que el poder de mercado es la capacidad de una empresa de incrementar su rentabilidad en cuanto a el precio de mercado de un bien o servicio sobre el coste marginal; entonces en competencia perfecta, los mercados, los participantes del mercado no tienen poder de mercado. Una empresa con poder de mercado puede aumentar los precios sin perder a sus clientes a los competidores. No hay indicios se presten a definiciones precisas de los mercados en contextos de alta tecnología. Sin embargo, los indicios tradicionales típicamente definen mercados demasiado estrechos y esto no debe utilizarse, al menos no mecánicamente. En su lugar, realizando un análisis cualitativo es probable que sea menos defectuosa. Uno debe tratar de abordar y analizar las circunstancias competitivas y no en términos generales. Particularmente si la innovación a través de los productores y / o tecnologías pueden establecerse en una amplia gama, es decir, más allá de anécdotas aisladas, la carga debería recaer en el mercado estrecho, y en los defensores para establecer su caso. Si se realizara una encuesta para establecer la mayor parte de las dimensiones importantes de los esfuerzos de la competencia y las actitudes de los clientes, entonces tal encuesta podría ayudar a establecer el rendimiento que podrían usarse para definir los mercados.
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