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lunes, 12 de diciembre de 2016

III ANÁLISIS SOBRE LA EVOLUCIÓN RECIENTE DE LA OFERTA AGREGADA EN VENEZUELA (2003-2013) / IMPORTACIONES

(Banco Mundial) Las importaciones de bienes y servicios representan el valor de todos los bienes y otros servicios del mercado recibidos del resto del mundo. Incluyen el valor de las mercaderías, fletes, seguros, transporte, viajes, regalías, tarifas de licencia y otros servicios tales como los relativos a la comunicaciones, la construcción, los servicios financieros, los informativos, los empresariales, los personales y lo del gobierno. Excluyendo la remuneración de los empleados y los ingresos por inversiones (anteriormente denominados servicios de los factores), como también los pagos de transferencias. Por otra parte, las importaciones integran un porcentaje importante del producto interno bruto (PIB) como también lo es el ingreso legal de mercancías de un país origen al país importador, además es necesario comprender el verdadero significado de importar, el cual se presenta en dos razones: la escasez de producción del producto en el mercado interno y el bajo costo económico de importar ante costos altos de producción o comercialización en el país. Las estructura de las importaciones está conformada por dos formulas de pago o también llamadas claves utilizadas en el comercio internacional; la CIF (cost insurance fright) indica que en el precio de venta de un determinado articulo está incluido también el seguro y el flete, el comprador se hace cargo de la mercancía en el puerto de destino y, a partir de ese momento, todos los gastos, incluidos los de desembarque, corren por su cuenta, el FOB (free on board) indica que el precio de  venta de un determinado articulo incluye en valor de la mercancía y los gastos de transporte y maniobra necesarios hasta ponerla a bordo del barco que ha de transportarla al país de destino, pero excluye seguro y flete. Para el caso venezolano las importaciones se pueden contabilizar con la formula CIF, la cual está compuesta por bienes del sector público y privado, que a su vez se sub dividen en petroleras y no petroleras, también la componen importaciones de servicios que excluye fletes y seguros de mercancía (Ver Cuadro 4)


Ilustrando los cambios ocurridos en el periodo en estudio, nos encontramos con algunos puntos predominantes, como lo es el caso de comienzos del año 2003, cuando se implementó el control de cambio, en la compra y venta de divisas extranjeras establecido por el Gobierno venezolano, que ha sido supervisado por la institución gubernamental CADIVI, al registrarse en dicho año una caída de las importaciones de bienes y servicios y de la oferta global a (-20,9%) y (-10,2%) , esto se debió a que las importaciones de bienes CIF se ubicaron en (39,90%) y en las importaciones de servicios excluyendo fletes y servicios de mercancía fue de (15,62%) lo cual produjo efectos repetidos y negativos sobre el nivel de precio transmitidos desde el lado de la oferta agregada. Otro caso que se destaca en este periodo es el del año 2004, cuando se expandieron las importaciones de bienes y servicios junto con la oferta global, en un (57,1%) y (24,8%) respectivamente, a su vez las importaciones de bienes CIF y las importaciones de servicios excluyendo fletes y servicios de mercancía disminuyeron a (27,85%) y (11,86%) (Ver Gráfico 11)


Considerando los años 2005 y 2011  se puede observar una disminución proporcional del valor de las importaciones de bienes CIF de (28,34%) y (19,57%), disminuyendo así la oferta global de (15,5%) a (7,3); en comparación con la caída de los años 2009 y 2012 de (-27,35%) y (-52,37%) respectivamente, la oferta global se recuperó de manera proporcional de (-8,4%) a (11,2%), este escenario se debió a un incremento de los ingresos petroleros, tipo de cambio oficial sobreevaluado y una política de gasto publico orientada a estimular la demanda agregada. Cabe destacar que en el año 2010 no se ajusto el tipo de cambio y tras los valores máximos registrados en el 2011, el precio internacional de productos básicos ha venido disminuyendo de modo progresivo, incluso es deben recalcar dos acontecimientos importantes, el vínculo entre devaluación e inflación importada (Ver Gráfico 12). 


Como es evidente las importaciones han tenido fluctuaciones a lo largo del periodo en estudio, si observamos las importaciones de bienes (CIF) en sus dos ámbitos (sector público y privado) es inevitable detenerse a evaluar los años 2008  y 2011, en el cual ambos sectores presentan una contundente caída en referencia al año anterior, situándose el sector público en (-0,69%) en 2007 y (-7,93)  y el sector privado en 2007 en (1,24%) y en 2008 a (-32,31%) respectivamente, provocando así un inevitable desplome de las importaciones de bienes (CIF) de (0,91%) en 2007 a una cifra negativa (-27,35%) en 2008, lo que en definitiva y a un corto o mediano plazo significa un cambio contraproducente para la oferta agregada del país.( Ver Cuadro 5)

 En cuanto a los siguientes años en estudio se puede notar que se cumple la teoría de los ciclos económicos, los cuales consisten en períodos de aumentos del nivel de actividad económica: expansiones, que ocurren aproximadamente al mismo tiempo en muchos sectores económicos; seguidos por etapas de caídas del nivel general de actividad: recesiones, que se funden con la fase de expansión del ciclo siguiente. La sucesión de fases diferentes: expansiones, recesiones, expansiones, etc., se designa ciclo económico. Así mismo y en el cumplimiento de esta definición las importaciones totales aumentaron levemente al finalizar el primer trimestre del año 2013. Las compras externas del Gobierno se incrementaron, mientras que las del sector privado cayeron; ese último resultado fue debido a la desaceleración de la economía y a "la menor asignación de divisas por parte de Cadivi y Sitme". 

En conclusión Venezuela vive una fuerte escasez de divisas como en los años 80,  que obliga al gobierno a recortar el gasto fiscal real y la entrega de divisas para hacer que rindan. El exceso de demanda de divisas sobre la oferta fue acomodado con más endeudamiento y quema de reservas; la devaluación de la moneda re-alimenta la inflación y levanta alertas en el exterior acerca del ratio deuda/PIB de Venezuela. El consumo se estanca porque colapsa el salario real, el ingreso real de los hogares de la economía informal, el crédito real a los hogares, y porque las cuentas bancarias de los hogares ya han caído mucho. Las inversiones/importaciones del sector público han crecido por la compra de plantas termoeléctricas; pero, las privadas se estancan porque la capacidad utilizada es baja y el rendimiento (ahora en la recesión) no cubre el riesgo jurídico-político como antes (en la bonanza). El Gobierno no puede llevar a cabo un estímulo fiscal, pues aunque puede imprimir bolívares no tiene suficientes dólares; y, si lo hace, el estímulo fiscal sin divisas sólo alimentara la inflación. Los países que superaron la recesión, o usaron estimulo fiscal, o contaron con una expansión de sus exportaciones netas: Venezuela no cuenta ni con la uno ni lo otro. Ya que el Gobierno controla salario mínimo, más no el precio del crudo (nivel de la oferta de divisas). Al no controlar este nivel de oferta, busca reducir la demanda; pero, por el contrario, la exacerba, aumentando la probabilidad de una devaluación, que afecta negativamente al producto, el empleo y el salario real. El empresario e inversor venezolano debe concentrar su atención en la parte positiva de la crisis: las oportunidades. Se deben substituir importaciones, pues bajo condiciones de escasez de divisas, hacerlo producirá beneficios económicos. Es decir, debemos interpretar la crisis como un re-acomodo de la economía nacional; esto es, como una nueva trayectoria hacia una mayor participación del producto interno en la satisfacción  de las necesidades del país.
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