La organización industrial según el autor Richards Norman es la rama de la economía que tiene que ver con el estudio de la competencia imperfecta, que constituye el núcleo analítico que usan los economistas para responder esta y muchas otras preguntas relacionadas con la misma. Para estudiar la organización industrial hay que entender la lógica de la interacción estratégica utilizando la teoría de los juegos, la cual aporta el marco de análisis de ambientes necesarios en que los participantes o jugadores reconocen que lo que hacen afecta a otros jugadores, y que a su vez lo que otros jugadores hacen les afecta a ellos, se menciona que este estudio se ha realizado de esta forma para entender los resultados del mercado en condiciones de competencia imperfecta y que la creciente preocupación por la existencia de fallas tanto en el enfoque estructura-conducta-desempeño, como en la política pública que se había adoptado, hicieron posible un movimiento en contra de este enfoque encabezados por abogados, y economistas de la escuela de Chicago, la cual realizo contribuciones importantes al estudio de la organización industrial.
Concretamente el papel para la política pública en relación con el poder de mercado es sumamente importante, ya que en el contexto de la organización industrial, la función primordial de la política pública es evitar las consecuencias negativas de poder de mercado. Las políticas públicas en esta área se pueden dividir en dos categorías: la regulación y defensa de la competencia (o la política de competencia). La creación de poder de mercado es sólo una parte de la historia, ya que una empresa exitosa debe ser también capaz de mantener el poder de mercado, la imitación se lleva a cabo. Industrias protegidas se desreglan. La mayoría de las personas llegan a preguntarse: ¿Existe el poder de mercado? , es comprensible, ya que esto es una cuestión importante, y de hecho, crucial. Si no existe un poder de mercado, entonces no tiene mucho sentido el estudio de la organización industrial. A través de los años, muchos estudios empíricos han tratado de medir el grado de poder de mercado. Suponiendo que los costes son proporcionales a la salida, una buena aproximación de la extensión del poder de mercado se puede obtener a partir de datos sobre los precios, la producción, y el beneficio las tasas. Si una empresa tuviera que definir de forma persistente los precios por encima del costo, a una nueva empresa les resulta rentable entrar en el mercado y vender más barato el titular. Por lo tanto, en el mercado el poder no puede persistir. Aunque en la realidad el poder de mercado permite a las empresas realizar prácticas anticompetitivas y estas prácticas son acciones de las empresas o del gobierno que anulan o limitan la competencia en un mercado. Es complejo realizar prácticas anti-competitivas si no existe poder de mercado o apoyo estatal. Si las empresas no tienen poder de mercado, la única práctica anti-competitiva posible es la colusión o los acuerdos de precios.
Jurídicamente el poder del mercado es el hilo argumental del proyecto, ya que sustenta otros aspectos importantes y con consecuencias para los agentes económicos, como la determinación del poder de mercado, abuso del poder de mercado, abuso de posición, las prácticas restrictivas, la concentración, infracciones y sanciones, entre otras no menos relevantes. El poder de mercado se ha determinado en múltiples ocasiones y documentos por su relevancia teórica y práctica. El mercado es uno de los grandes inventos de la humanidad. No sólo permite fijar precios, lejos de decisiones arbitrarias de poderes superiores, sino que sirve para intentar cuadrar la difícil relación entre deseos infinitos y recursos finitos. El mercado no siempre funciona, ni cuando lo hace acierta, pero no conocemos una alternativa mejor.
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