Para darles una bienvenida a este fabuloso blog quiero recomendarles una lectura que aunque esta llena de términos técnicos del área de emprendimiento, posee ejemplos sobre la economía informal que les ayudara a comprender el tema de forma mas clara, sobre todo para aquellas personas que no tengan un nivel de instrucción de educación superior este es el lugar adecuado para ustedes.
Les recomiendo leer continuamente la revista Debates IESA ya que esta llena de temas enriquecedores para el aprendizaje continuo de cualquier lector. http://virtual.iesa.edu.ve/servicios/wordpress/wp-content/uploads/2016/04/2015-2-rodriguezmendez.pdf
ARAMIS RODRÍGUEZ Y
ANGÉLICA MÉNDEZ
«SOY
INFORMAL PERO LEGÍTIMO»: UN ANÁLISIS DEL EMPRENDIMIENTO INFORMAL
Hay muchos
emprendedores que, por necesidad, solo encuentran oportunidades en la economía informal.
Pero hay otros que, por vocación, persiguen las brechas entre lo ilegal y lo
legítimo, y sacan provecho de ellas.
LAS
INSTITUCIONES formales de una sociedad representan, en
forma de leyes y regulaciones, las creencias y valores de su gente, mientras
que las instituciones informales se refieren a valores y creencias de la gente
que definen el comportamiento socialmente aceptable en cada sociedad (Scott,
1995). Cuando las leyes, las regulaciones y todo el aparataje formal recogen e
incorporan las creencias y valores de la mayoría de los grupos de una sociedad
no se producen vacios entre la legitimidad y la legalidad, y se dice que ambas
instituciones son congruentes. Según Webb, Tihanyi, Ireland y Sirmond (2009),
cuando ocurre una incongruencia institucional —es decir, cuando esas leyes y regulaciones
no recogen las creencias y valores de grupos mayoritarios de la sociedad—
aparecen oportunidades de negocios informales. En ese momento se producen
estímulos para que una persona, sea por necesidad o por vocación, decida entrar
en un negocio que le parece legítimo, pero que para otros es ilegal. Por ejemplo,
ofrecer música en internet sin pagar derechos de autor es una oportunidad de
negocio ilegal, porque incumple las leyes de derechos de autor; sin embargo, si
un gran grupo de personas está dispuesto a usarla, porque la considera
socialmente aceptable, se crea una oportunidad de negocio legítima, que muchos emprendedores
se verán inducidos a aprovechar. Webb y otros (2009), basados en la teoría de
las instituciones, proponen un marco conceptual para identificar y clasificar las
oportunidades de negocios que, a primera vista, pueden ser legales y legítimas,
pero, en un sentido institucional, pueden tener matices de ilegalidad e
ilegitimidad. En el Centro de Emprendedores del IESA se ha llevado a cabo un
ejercicio para entender la aplicabilidad y utilidad de ese modelo teórico, que
permitió analizar y clasificar algunos casos que aparecen frecuentemente en
la
realidad venezolana.
La economía informal representa el 17 por
ciento del producto interno bruto de los países desarrollados y el cuarenta por
ciento del de los países en desarrollo (Schneider, 2002). Según cifras oficiales
del Instituto Nacional de Estadísticas de Venezuela, en 2014 el cuarenta por
ciento de la fuerza laboral estaba ocupada en el sector informal. Los ingresos
perdidos por impuestos no recaudados sobre las mercancías falsificadas y los
servicios sin licencia, además de los costos de poner freno a estas actividades
mediante regulación, inspección o ejecución son ejemplos de los costos
adicionales derivados de las actividades de la economía informal (Fadahunsi
& Rosa, 2002)..
Categorías
institucionales de actividades emprendedoras. Para clasificar cualquier
actividad emprendedora en una sociedad, Webb y otros (2009) diseñaron un marco
de referencia que denominan «categorías institucionales de actividades
emprendedoras». Para estos autores, dentro de la legalidad y la legitimidad, hay
oportunidades de negocios relacionadas con «fines» (productos o servicios
finales) y con «medios» (procesos y actividades para la producción de esos
productos o servicios, tales como mano de obra, insumos, logística,
operaciones). A partir de estas premisas, definen tres tipos de economías: %
Economía formal: es la economía que reconoce a los emprendedores que ofrecen
servicios o productos legales y legítimos, y, a su vez, emplean medios legales
y legítimos para ello. En este tipo de economías, las actividades de
reconocimiento y explotación de oportunidades de negocios ocurren dentro de las
fronteras de instituciones formales e informales; es decir, dentro de las leyes
y los valores y creencias. % Economía informal: este tipo de economía mezcla la
ilegalidad con la legitimidad. Incluye actividades que reconocen y explotan
oportunidades de negocios fuera de las fronteras de las instituciones formales,
pero dentro de las fronteras de las instituciones informales. Un emprendedor en
esta economía puede emplear medios ilegales para producir bienes legales y
también legítimos; por ejemplo, usar empleados indocumentados para producir un
producto legal y también legítimo como ropa confeccionada o productos agrícolas.
% Economía renegada: en esta economía los medios y los productos finales son
ilegales y también ilegítimos. Los carteles de la droga, traficantes de armas o
estafadores de bancos son ejemplos de actividades que ocurren en este tipo de economías
(que se menciona y caracteriza únicamente por razones académicas).
Emprendimientos
informales en Venezuela.
Los emprendimientos
informales pueden clasificarse en tres grupos (A, B y C), a partir del modelo
de Webb y otros (2009).
Emprendimientos
informales A Este tipo de emprendimientos explotan
productos y servicios ilegales, aceptados y bien vistos por grupos importantes
de la sociedad —es decir, son legítimos— y producidos con medios legales y
también legítimos. Los videojuegos, programas de computación o películas (DVD y
Blu-ray) «quemadas», son productos ilegales, pero socialmente aceptados en
algunos países, como Venezuela. Estos productos representan «fines» ilegales
que mucha gente legitima y, sin embargo, para producirlos o comercializarlos se
emplean, en muchos casos, medios legales; por ejemplo, pagan alquileres de
tiendas en centros comerciales, generan empleos legales y algunos pagan
impuestos por lucro. En esta categoría entra la venta de ropa y artículos
falsificados que, en el argot popular, se denominan marcas o artículos
«montados». En Venezuela también es frecuente observar la venta de libros falsificados,
que son productos evidentemente ilegales por incumplir derechos de autor, pero
se comercializan en canales legales como algunas tiendas o universidades. Un
ejemplo distinto, pero que también se puede categorizar como emprendimiento informal
tipo A, es la venta de medicamentos legales en sus países de origen, que se
llevan a otros destinos sin ser aprobados por los organismos reguladores
sanitarios nacionales. Muchas vitaminas,
complementos nutricionales, medicamentos homeopáticos y hasta algunos
alopáticos son aceptados por consumidores nacionales a sabiendas de que no
cumplen las regulaciones. Estos medicamentos son producidos con medios
totalmente legales en sus países de origen, no así para su importación; pero se
comercializan en muchas oportunidades en tiendas legalmente establecidas (casas
naturistas o tiendas de nutrición) y son socialmente aceptados para muchas
personas de una determinada sociedad. En esta categoría se encuentran, además
de productos, algunos servicios. Los centros hípicos de apuestas ilegales,
comunes en distintas ciudades de Venezuela, constituyen un ejemplo de servicio
informal tipo A. Existen empresas que se lucran al recibir apuestas de carreras
de caballos, sin obtener la debida licencia de trabajo emitida por la
Superintendencia Nacional de Actividades Hípicas (Sunahip). En su mayoría,
estas empresas reciben no solo apuestas hípicas, nacionales e internacionales, sino
también de los deportes preferidos en el país. Sunahip emite cuatro clases de
licencias para el funcionamiento de centros hípicos, que autorizan la
transmisión, por circuito privado satelital, de carreras de caballos de
hipódromos nacionales en tiempo real, carreras de óvalos en otras partes del
mundo, así como competencias en diferido y pronósticos de las carreras en la
modalidad «audio/texto». A pesar de las regulaciones que norman el
procedimiento de las apuestas, algunos emprendedores han identificado a
personas que, a sabiendas de esta situación, no les importa hacer sus apuestas,
lo que legitima la actividad sin contar con los permisos emitidos por Sunahip. Otro
servicio ilegal, pero legítimo, y que emplea medios legales para llevarse a
cabo es el de transporte público suburbano. El caso Caracas-Litoral es un buen
ejemplo. Los usuarios de la línea de transporte público ubicada a las salidas
de las estaciones de Metro El Silencio o Capitolio tienen diferentes destinos:
La Guaira, Catia la Mar, Los Corales, Macuto, Caraballeda y Tanaguarena. El
costo legal del pasaje es 25 bolívares. Pero, debido a que las unidades de
transporte regular tardan mucho en recoger a los pasajeros (por distintas
causas, como tráfico y fallas de unidades), los pasajeros, para ahorrarse el
tiempo de espera, están dispuestos a pagar un sobreprecio a autobuses ilegales,
por no estar normados en las líneas oficiales, pero que cumplen las condiciones
exigidas por las leyes de tránsito (medios legales).
Emprendimientos
informales B En este tipo de emprendimientos se
encuentran los que explotan productos legales y legítimos, pero emplean medios
ilegales para producirlos. El ejemplo por excelencia es el de iniciativas que
emplean a trabajadores indocumentados, o no registrados en las empresas, para
producir o distribuir productos o servicios legales. Algunas fábricas o
talleres que ignoran, o no registran, la emisión de desperdicios durante su
proceso productivo también pueden catalogarse como emprendimientos informales
tipo B. Aunque estos ejemplos son frecuentes en Venezuela, existen otros que
últimamente han sido muy visibles. La venta de productos legales en canales
ilegales ha sido muy evidente en los últimos años. La señora de las empanadas
que se para todos los días en la acera vende un producto legal y legítimo (la
sabrosa empanada), pero usa medios ilegales como la calle para comercializarlas.
Igualmente, los vendedores ambulantes de productos como ropa, alimentos
empacados o accesorios, aunque sean legales, no dejan de ser negocios
informales por emplear medios ilegales como la calle.
Emprendimientos
informales C Este tipo de iniciativas explota una
mezcla de medios y fines ilegales pero legítimos. Tal es el caso de los
vendedores ambulantes que ofrecen en canales ilegales, como la acera, productos
ilegales o falsificados. A pesar de que sus medios y fines son ilegales, estas personas
explotan la legitimidad que el mercado les da al adquirir sus productos. Un
servicio que entra en esta categoría es el de instalación de decodificadores de
TV satelital. El decodificador es ilegal, por no ser aprobado por las cableras,
y los medios empleados para su producción e instalación no cumplen las
regulaciones del sector. Se calcula que en Venezuela existían para 2008 más de 120
empresas piratas que ofrecían sus servicios a unos 400.000 clientes, sin pagar
regalías por la programación (Alonso, 2008).
El
balance entre leyes y valores
A pesar de su
generalización, el proceso emprendedor en la economía informal ha recibido poca
atención teórica. El marco de trabajo propuesto por Webb y otros (2009) intenta
explicar algunos de los incentivos creados por las instituciones de la
sociedad, que llevan a identificar y explotar oportunidades de negocios en el
sector informal. Tanto la incongruencia institucional como la debilidad ejecutora
para regular las instituciones formales son elementos que, según estos autores,
explican en buena medida la aparición del emprendimiento informal. A medida que
aumente la incongruencia institucional —es decir, a medida que se ensanche la
brecha entre las leyes y los valores— será mayor la diferencia entre lo legal y
lo legítimo. Si a esta diferencia se suma la débil aplicación de las leyes por
parte de las instituciones formales (tribunales, gobiernos y cuerpos de
seguridad), lo cual es un estímulo para que aparezcan oportunidades en la
economía informal, el fenómeno será aún más evidente. Hay muchos emprendedores
que, por necesidad, solo encuentran oportunidades en la economía informal. Pero
hay otros que, por vocación, persiguen las brechas entre lo ilegal y lo
legítimo, y sacan provecho de ellas. Algunos se aprovechan de la ineficacia y
las imperfecciones en la aplicación de las leyes para lucrarse. Un caso muy
documentado en la prensa internacional fue el de Shawn Fanning, quien se
aprovechó del vacío entre las leyes que regulaban la propiedad intelectual de
los músicos y las creencias de millones de personas que consideraban la música un
bien público que se podía usar gratuitamente. Esta incongruencia entre lo legal
y lo legítimo llevó a Fanning a fundar Napster, un sitio en internet donde las
personas podían compartir su música, gratuitamente, sin pagar costo alguno por
los derechos de los autores. Todo esto llevó a una revisión de las regulaciones
y el modelo de negocio de la industria de la música. El marco conceptual de
Webb y otros (2009), que interrelaciona principios de la teoría de las
instituciones con marcos conceptuales que explican el proceso emprendedor,
invita a la reflexión y el análisis del estado de las instituciones formales e
informales de cualquier sociedad. Además, proporciona un punto de partida para
la investigación y el desarrollo de políticas públicas que tratan los fenómenos
emprendedores en la informalidad.
Autores:
Aramis Rodríguez, profesor del IESA, y Angélica Méndez, estudiante de economía En
la Universidad de los Andes (Mérida).
Publicado
por DEBATES IESA. VOLUMEN XX. NUMERO 2.ABRIL-JUNIO2015
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