La presente indagación tiene como
objetivo fundamental, analizar la educación superior para adultos, demostrando
que pueden estar motivados a incursionar en una carrera profesional. Sin embargo,
las estrategias de enseñanza versus aprendizaje son diferentes dependiendo de
la edad del estudiante y que además no es exclusiva para los jóvenes que deseen
una carrera profesional. Al hablar del aprendizaje del adulto, el proceso
educativo se lleva a cabo desde un modelo andragógico.
El estudio se enmarcó
bajo la modalidad de una investigación con carácter informativo y descriptivo.
El estudio está conformado por una serie de características del adulto en situación
de aprendizaje: Conocer sus fortalezas y debilidades, tiene una visión
globalizada de la realidad, razonamiento crítico y sistémico, es capaz de conducir su aprendizaje. Un adulto es la
conjunción de características biológicas, psicológicas, mentales,
ergológicas, sociales y jurídicas.
En la actualidad
se vislumbra un cambio de paradigmas en cuanto a la enseñanza y el aprendizaje
en todos los niveles educativos, particularmente en el superior, ya que no
basta que el individuo acumule un conjunto apropiado y suficiente de
conocimientos pensando que le serán de provecho durante toda su vida y le
permitirán enfrentar situaciones de diversa índole en su actividad profesional
y social, por el contrario, precisa a los profesionales a formarse continua y
sistemáticamente, de manera que sus competencias se actualicen arraigadamente. Asimismo,
la planeación de las funciones sustantivas así como las estructuras
curriculares de las universidades, buscan asistir el aprendizaje y el
desarrollo de competencias en los estudiantes.
Por lo general los autores que se dedican a estudiar
Andragogía aceptan como características del adulto, entre otras, las siguientes:
Persona capaz de: procrear, de asumir con entereza responsabilidades en torno a
ciertos asuntos inherentes a la vida social y de tomar decisiones con plena
libertad. El adulto que tiene una actitud abierta en su relación con las
personas. La cooperación, los deseos de participar, la aceptación de los demás,
las actividades de relación y la creatividad solidaria, son factores de suma
importancia para lograr un aprendizaje andragógico. Esta práctica andragógica
propicia y estimula situaciones difíciles con la finalidad de que los
participantes, en vez de ser inactivos depósitos de conocimientos y observadores sosegados se
transformen en investigadores dinámicos, participativos, analíticos y críticos
en diálogo permanente con el facilitador.
EL ADULTO Y SU APRENDIZAJE
Cuando
se habla de la práctica educativa del adulto, y en particular de su
aprendizaje, se debe tener claro que se trata de un proceso de orientación
versus aprendizaje en lugar de enseñanza versus aprendizaje; en él, los
participantes interactúan en relación con aquello que se aspira aprender, en
consecuencia, facilitadores y participantes requieren poseer características
comunes de autenticidad, motivación, autocrítica, empatía, igualdad,
interacción, ética y respeto mutuo.
El adulto
no llega “en cero” a un escenario de aprendizaje. En especial, si hacemos
referencia a contextos de formación afines con su trabajo, trae consigo la
experiencia laboral, también la de su vida personal y un trayecto por la
educación formal. Los aprendizajes son distintos a lo largo de las etapas de
sus vidas, ya que ellos también sufren cambios. En la etapa adulta, la
participación en experiencias de formación acompaña a un conjunto de proyectos
personales y familiares, su ubicación en el mundo laboral y un recorrido en la
formación (en el sistema educativo formal o no formal). Como todo sujeto de
aprendizaje, la edad y las características de la etapa en la cual se encuentra
inciden en el interés que desarrolle por determinado aprendizaje, las
posibilidades y limitaciones, los recursos de los cuales dispone, los ritmos y
estilos. Es por ello, que podemos decir
que el adulto en rol de alumno es alguien que trae consigo el caudal de sus
conocimientos y de sus experiencias anteriores. Cualquier propuesta de formación
debe partir necesariamente de las situaciones de vida en que se encuentran los
adultos.
Las motivaciones
del sujeto que aprende se conforman como: La motivación, los intereses y
necesidades de los sujetos suponen algunas de las fuentes principales del
aprendizaje. La fuente de esta motivación puede tener diferentes niveles de
consciencia. En ocasiones el adulto busca participar de actividades de
formación si tiene la percepción de que incidirá en la resolución de algún
problema personal, familiar o profesional. También si la actividad le
proporciona placer y bienestar.
En
general, en los adultos los intereses dependen de las características de esta
etapa vital, de las situaciones personales y sociales, de los requerimientos
del ámbito laboral, de las características individuales y del contexto
sociocultural en el cual se encuentra. Algunas motivaciones personales por las
cuales los adultos se acercan a las propuestas de formación se pueden centrar
en: Mejorar su condición, satisfacer su curiosidad, desempeñar mejor su
trabajo, enriquecimiento personal (resolución de problemas personales, sociales
o familiares), clarificar sus relaciones interpersonales, entre otras.
Factores motivacionales del
proceso de aprendizaje:
- Factores de la situación vital del estudiante.
- Factores cognitivos y meta cognitivos.
- Factores motivaciones y afectivos.
- Factores relacionados con la interacción social.
- Diferencias individuales.
- Necesidad consciente de formación
- Interés por los contenidos de la propuesta de formación.
- La fuente de motivación en el diseño formativo y los materiales
- La fuente de motivación en la acción docente.
- La posibilidad de que éstos puedan ser conscientes de su
aprendizaje y los procesos de mejora.
- El desarrollo profesional como fuente motivacional.
- La fuente de motivación en el trabajo colaborativo.
EL ADULTO Y SUS CARACTERISTICAS EN SITUACION DE APRENDIZAJE
Los
psicólogos precisan conceptualmente que la motivación es la necesidad o el deseo
que activa y además dirige nuestro comportamiento. Es indudable que para
alcanzar una meta, las personas deben tener suficiente activación y energía, un
objetivo claro y la capacidad y disposición de emplear su energía durante un
período de tiempo lo suficientemente largo para poder alcanzar su meta.
Existen
diversas conceptualizaciones, teorías y clasificaciones para la motivación, por
ahora se tendrán en cuenta los dos tipos de motivación existentes que pueden
influir en la motivación para el logro: La motivación intrínseca y la
extrínseca.
Motivación intrínseca: Se refiere al deseo de ejecutar una
conducta y de ser efectivo por propio interés.
Motivación extrínseca: Es el deseo de ejecutar una conducta a causa
de las recompensas prometidas o el temor al castigo.
Realizando
una breve contextualización sobre las
necesidades y características del adulto, la adultez es alcanzada cuando ocurre
una integración de lo biológico, psicológico, ergólogico, social, y jurídico.
Una conjunción de factores, un crecimiento individual que acerca al sujeto a su
máxima expresión como ente activo y proactivo. El adulto asume una aptitud de
búsqueda constante de resultados finales en preeminencia sobre las
satisfacciones inmediatas más propias de edades más tempranas. Por ejemplo:
Observando la adultez, que puede ser dividida
en: Temprana con basamento en la competitividad; media que se fundamenta en
procesos cognitivos más elaborados, basados en la experiencia y seguridad; y
tardía en donde el uso masivo de la experiencia, selecciona la información en
un proceso de actividad intelectual en donde se pasa por el contenido y se
culmina o se aplica al contexto.
El
adulto que aprende, es capaz de crear ambientes educativos propicios para el
aprendizaje, y en la actualidad, gracias al empleo de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación es posible generar procesos de enseñanza versus aprendizaje
que favorezcan el desarrollo integral del ser humano. Esta es la razón por la
que Lindeman (1989) habla de las claves del
aprendizaje en los adultos como: El adulto se motiva a aprender cuando tiene
necesidades, La orientación para aprender se centra en la vida, Tiene necesidad
de autodirigirse profundamente y, Las diferencias individuales se incrementan
con la edad.
El
aprendizaje en el estudiante adulto consiste en procesar información variada;
para esto, la organiza, la clasifica y luego realiza generalizaciones de manera
efectiva; es decir, aprende por comprensión, lo cual significa que primero
entiende y después memoriza; en consecuencia, el adulto aprende en forma opuesta
al proceso correspondiente en los niños y adolescentes.
La
Andragogía debe ser considerada el basamento de la educación de adultos y más
aún en la educación a distancia, por tanto sus carga curricular e Instruccional
es diferente a la pedagogía acostumbrada en la educación tradicional. La
Andragogía es un conjunto de técnicas de enseñanza encauzadas a enseñar
personas adultas, en oposición de la pedagogía. Actualmente se considera que la
educación no es solo cuestión de niños y adolescentes que son también parte de
educación permanente. El hecho educativo es un proceso que actúa sobre el
humano a lo largo de toda su vida, porque su naturaleza permite que pueda
continuar aprendiendo durante toda su vida sin importar su edad cronológica.
La
Andragogía está basada en tres principios: la participación donde el estudiante
participante puede tomar decisiones en conjunto con otros estudiantes
participantes y actuar con estos en la ejecución de un trabajo o de una tarea
asignada; horizontalidad se revela cuando el facilitador y el estudiante tienen
características cualitativas similares (adultez y experiencia), y la flexibilidad
donde los adultos, al poseer una carga educativa y formativa, llena de
experiencias previas y cargas familiares o económicas, necesiten lapsos de
aprendizaje acordes con sus aptitudes y destrezas.
APRENDER A APRENDER
Aprender
a aprender supone disponer de habilidades para iniciarse en el aprendizaje y
ser capaz de continuar aprendiendo de manera cada vez más eficaz y autónoma de
acuerdo a los propios objetivos y necesidades. Esta competencia tiene dos
dimensiones fundamentales. Por un lado, la adquisición de la conciencia de las
propias capacidades (intelectuales, emocionales, físicas), del proceso y las
estrategias necesarias para desarrollarlas, así como de lo que se puede hacer
por uno mismo y de lo que se puede hacer con ayuda de otras personas o
recursos.
Por otro
lado, disponer de un sentimiento de competencia personal, que redunda en la
motivación, la confianza en uno mismo y el gusto por aprender. Significa ser
consciente de lo que se sabe y de lo que es necesario aprender, de cómo se
aprende, y de cómo se gestionan y controlan de forma eficaz los procesos de
aprendizaje, optimizándolos y orientándolos a satisfacer objetivos personales.
Requiere conocer las propias potencialidades y carencias, sacando provecho de
las primeras y teniendo motivación y voluntad para superar las segundas desde
una expectativa de éxito, aumentando progresivamente la seguridad para afrontar
nuevos retos de aprendizaje
Para
aprender a aprender se deben poner todos los sentidos en la actividad a
realizar, es decir, se trata de un proceso que involucra mente y cuerpo,
integrando así todos los sentidos. De esta manera se asegura que el aprendizaje
será adquirido y traducido en un cambio real en la persona que lo realiza. Una
buena forma de integrar todos nuestros sentidos en el proceso de aprendizaje es
“aprender haciendo”. De esta forma se reafirman los conocimientos adquiridos
contrastándolos con la realidad de manera inmediata. Cuando nos referimos al
proceso de como aprender a aprender debemos incluir necesariamente la
aplicación en el mundo real de lo recientemente aprendido. Quizás esta forma de
abordar el “como aprender a aprender” se encuentre algo distinta a lo
actualmente usado en la educación tradicional donde lideran las clases
presenciales principalmente.
Las
personas que han tenido éxito en esta clase de aprendizaje se caracterizan por
identificarse con la abundancia de cuatro atributos que han servido como
herramientas mentales sencillas y potenciadoras del aprendizaje, y esos
atributos son: grandes aspiraciones, conciencia de si mismos, curiosidad y
vulnerabilidad. Es hora de comenzar a cambiar la forma de aprender y crear un nuevo método tradicional. Mientras
utilicemos el método tradicional podemos aplicar estrategias y técnicas que
pueden ayudarnos a mejorar en gran medida nuestro proceso de aprendizaje.
En
concreto el adulto vuelve al proceso educativo-formativo, y lo hace con expectativas
de aumentar sus competencias, enaltecer su acervo cultural y académico, y con
la esperanza de su propia realización personal y profesional. Sin embargo es pertinente caracterizarlo según lo
biológico; es un individuo con un desarrollo anatómico, fisiológico y
reproductivo. En lo psicológico ya es un ente activo en el uso de las funciones
intelectuales, emocionales, cognitivas, desarrollando una inteligencia acorde a
la madurez cronológica. Es capaz de
pensar sobre sí mismo, y acá ocurre su acercamiento con lo social cuando
incluso piensa sobre los demás y sobre el entorno común, cuando se hace
partícipe de procesos laborales (trabajo u oficio) y en la identificación cívico-política.
El
adulto hace la escogencia, dentro de la
necesaria y constante educación continua, de la educación a distancia es
impulsado por factores económicos, geográficos, familiares, sociales, etc. y en
ocasiones estos factores son estímulos para la actuación y finalización de
dichos estudios, aun cuando las capacidades cognoscitivas no son idénticas a
momentos anteriores, pero es impulsado por la responsabilidad y la valoración
de los esfuerzos propios.
No cabe
la menor duda de que en la actualidad, la incorporación de las Tecnologías de
Información y Comunicación ha generado nuevos enfoques educativos necesarios para
hacer frente a grandes desafíos, centrados en entornos de aprendizaje. Se sabe
que los estudiantes ponen de relieve como aspectos positivos de la educación
virtual: la carencia de límite espacial y temporal, el estudio independiente,
la ausencia física del profesor, la comunicación con expertos, el acceso a
redes de información y el desarrollo de competencias para el manejo de la
informática. Sin embargo el incursionar en esta modalidad es otra forma de
contribuir en el desarrollo con respecto a la formación integral de
profesionistas, los cuales tendrán un impacto mayor en su economía y en el de
la región en el momento de insertarse en el ámbito laboral.
Finalmente,
es importante resaltar que al parecer los factores motivacionales como
expectativas, valor que se le da a la tarea, afecto, entre otros, ejercen una
mayor influencia en la implicación cognitiva del estudiante en el aprendizaje y
por lo tanto, en el rendimiento académico frente a los factores cognitivos como
conocimientos previos, estrategias de aprendizaje y estilos de aprendizaje.